Buscando información acerca de una empresa familiar X, encontré un tema que me pareció interesante: ¿Sabías que hubo una empresa familiar de origen japonés que perduró por 1.400 años? (lo sé, debes estar pensando en este momento que estoy exagerando, pero es verdad).
Esta empresa llamada Kongo Gumi, dedicada a la construcción de templos, funcionó desde el año 578 hasta 2006, año en que se fue a la quiebra.
En el año 578, el príncipe japonés Shotoku contrató a la familia Kongo para la construcción del templo budista Shitennoji. Este fue el primer contrato de la empresa Kongo Gumi. Posteriormente, la empresa participó en la construcción de muchos monumentos históricos como el castillo de Osaka.
Lo normal entre las empresas familiares es que ante el retiro del fundador comiencen las rencillas por el poder de la empresa, pero en este caso, la empresa sobrevivió a 40 generaciones antes de sucumbir a una crisis por deudas. ¿Cómo puede una empresa familiar sobrevivir 14 siglos?
Las claves del éxito
El artículo “The End of a 1400-Year-Old Business” de Business Week nos da algunas pinceladas acerca del éxito de Kongo Gumi:
- La familia no se aferró a la costumbre japonesa de dejar al hijo mayor a cargo de la empresa, sino que se elegía al más capacitado. De hecho, cuando no hubo un hijo que pudiera gestionar con éxito el negocio, los líderes de la empresa colocaron a una mujer al mando.
- Incluyeron a los familiares políticos (sólo hombres) con el nombre de la familia cuando se unieron a la empresa familiar. Esta práctica japonesa común, permite a la compañía continuar con el mismo nombre, aun cuando no había hijos de una generación.
- Flexibilidad ante todo. Adaptarse a las condiciones del entorno le permitió a Kongo sobrevivir por más de mil años. Por ejemplo, en la época de la Segunda Guerra Mundial se dedicaron a construir ataúdes.
Burbuja Inmobiliaria
¿Por qué esta empresa, con una larga trayectoria, finalmente tuvo que cerrar?
Hubo dos factores importantes. Primero, durante la década de los años ochenta en plena burbuja inmobiliaria de Japón, la empresa se endeudó fuertemente invirtiendo en bienes raíces. Después del estallido de la crisis inmobiliaria en Japón, los activos por la deuda de Kongo Gumi perdieron su valor. Segundo, los cambios sociales en Japón provocaron la disminución de las contribuciones a los templos (en otras palabras se acabaron los “fieles” que donaban dinero a los templos), por lo que la demanda por construcción de templos disminuyó bruscamente.
Con estos antecedentes, la empresa fue en decadencia lentamente. Ya en 2006 no pudo hacer frente a sus obligaciones y se declaró en quiebra. Sus activos fueron absorbidos por el gigante de la construcción, Takamatsu.
Lecciones a aprender
Lo principal que se destaca para esta empresa es:
- La supervivencia de largo plazo es más probable en empresas estables y con políticas de sucesión flexibles.
- Colocar al mando a las personas con mayor capacidad (meritocracia) y no por lazos familiares ayuda a mantener la vigencia de la empresa.
- Al involucrarse en nuevos negocios, se debe tener cuidado con aquellas inversiones que parecen grandes oportunidades pero que pueden amenazar la estabilidad financiera de la empresa. Para Kongo Gumi, involucrarse en la especulación inmobiliaria significó el tiro de gracia para un negocio familiar de 14 siglos de duración.